La base para tener una casa con buen feng shui es mantenerla ordenada.
Si comenzamos a realizar cambios en la decoración o distribuyendo los muebles sin haber eliminado el desorden, de poco nos va a servir.
Aunque a veces cuesta encontrar el momento de ponerse manos a la obra, merece la pena dedicar un tiempo a ordenar, ya que los resultados van a ser sorprendentes, además de experimentar una gran sensación de liberación, bienestar y relajación.
El desorden nos afecta a todos los niveles: físico. emocional y espiritual. Los efectos del desorden son cansancio, confusión y estrés creciente. Además afecta sobre nuestra vida, llevándonos a la rutina y haciendo que las cosas no fluyan y nos sintamos incapaces de avanzar.
¿Qué se esconde tras el desorden?
Uno de los principios del feng shui es que todo está relacionado, de tal modo que como está tu casa vas a estar tú. Nuestra casa es un reflejo se nuestro mundo interior y por tanto, dice mucho de nosotros.
Si se trata de desorden nuevo, es decir, el que vamos dejando a lo largo del día, representa dispersión y falta de enfoque. Quizás nos estamos saturando, intentando hacer demasiadas cosas a la vez. Ir organizando la casa, para evitar que se acabe convirtiendo en un caos al final del día, te va a ayudar a estar más centrado en tus tareas y de buen humor.
¿Qué representa el acumulamiento generado a lo largo del tiempo?
Tener armarios, cajones, altillos…etc, atestados de objetos que ya no usamos, ropa que no nos hemos puesto en años, libros y revistas que ya no leemos…nos está influyendo de varias maneras:
– Donde hay desorden y saturación de objetos, la energía Chi se estanca, y esto que hace que también se estanque nuestra vida.
– El acto de guardar y acumular cosas que ya no necesitamos, puede representar miedo al cambio por falta de confianza en el futuro, sentimiento de carencia y objetivos poco definidos.
Recuerda que nuestra casa es un reflejo de nuestra psique, y lo que emitimos a través de ella, es lo que manifestamos en nuestra vida.
¿Qué hacer frente al acumulamiento?
Uno de los mayores enemigos del orden es el apego y el intenso vínculo emocional con las posesiones materiales. Apegarnos a cosas viejas que ya no hacemos servir, nos mantiene atados al pasado y nos impide avanzar.
Un remedio muy efectivo es ponerles fecha de caducidad. Todo lo que no hayas usado en los últimos años, guárdalo en una caja y ponle fecha de caducidad de uno o dos años máximo, pasado este tiempo, sin abrir la caja, deshazte de ella, donándola, por ejemplo. Es un método muy efectivo para darnos cuenta que acumulamos cosas que en realidad no necesitamos.
Al liberarnos del desorden y el acumulamiento, no sólo renovamos la energía de la casa, también estamos impulsando nuestra vida.
Cuando ordenes, imagina mentalmente que estás despejando el camino para que nuevas oportunidades lleguen a tu vida y avances firmemente hacia tus sueños.
Ordenar y despejar tu casa equivale a mirar con valentía tu futuro.
